El Espanyol se clasificó para semifinales en un encuentro en el que el Sevilla se quedó a un gol de conseguir el pase. El conjunto andaluz necesitaba ganar al menos por 2-0 para dejar fuera al Espanyol, pero el gol de Diogo llegó tarde, eso pensará la afición del Sevilla, a diferencia de la del conjunto catalán que vio como su equipo aguantó las llegadas del equipo rival hasta última hora y que fueron suficientes para conseguir el pase.
Quizás la conocida frase "Visteme despacio que tengo prisa" sería lo que podría haber dicho Emery antes del inicio del partido ya que el Sevilla necesitaba marcar dos, pero sin que las prisas se apoderasen del equipo por lo que tomarse al menos la primera parte con calma era lo más aconsejado. Y así ocurrió en un primer tiempo en el que el conjunto andaluz tuvo el control del juego pero se tomó con tranquilidad la creación de las jugadas y sus llegadas a puerta trataron de ser en menor cantidad pero mayor calidad. A punto estuvo de fastidiarse los planes del Sevilla con el tiro de Arbilla al larguero en el minuto uno, pero el disparo no obtuvo mayor premio que el "uy" de la grada.
Delante un Espanyol que ha defendido con uñas y dientes la ventaja del partido de ida e incluso ha dispuesto de alguna ocasión, pero su principal objetivo era el de no encajar goles, y de ser uno al menos que fuera demasiado tarde para el rival, y eso ha sido lo que ha ocurrido. La primera mitad ha llegado a su fin con el empate a cero, con un Sevilla que cuando intentaba crear parecía falto de ideas ante el buen trabajo defensivo del Espanyol que ha cerrado espacios y ha complicado mucho las cosas.
En la segunda mitad parece que el equipo de Nervión despertó algo más, tal vez por que el tiempo corría en su contra o porque Emery dio un repaso en el vestuario durante el descanso, o quizás las dos cosas. Con el Espanyol atrás más jugando con el resultado, el Sevilla lo intentó por banda, por el centro y por donde podía colar el balón, pero el gol se resistía y la esperanza de conseguir el pase iba desapareciendo conforme avanzaba el partido.
Con corazón el Sevilla llegó al tramo final del encuentro aún encimando al Espanyol y como consecuencia de ello el 1-0, aunque esté fue precisamente al contrario de todo lo que había intentado el equipo. Ni jugada ni nada, en el minuto 88 Diogo Figueiras se sacó un zapatazo desde más atrás de la frontal del área del Espanyol para poner el balón fuera del alcance de Pau que no pudo hacer nada con su estirada.
Esperanzas renovadas para el Sevilla que con dos minutos para el final más el descuento, la clasificación estaba a un gol para los locales que intentaron hacer culminar la remontada de la eliminatoria pero sin embargo se quedó a eso, a un gol, en un encuentro que el Espanyol hizo un gran trabajo para conseguir un pase a semifinales que se merecieron los dos equipos, pero que el que más goles marca es el que se lo lleva.
Con este resultado queda completada las semifinales de la Copa del Rey, donde el Espanyol se enfrentará al Athletic de Bilbao que se ha impuesto al Málaga en el partido de vuelta y con ello ha conseguido el pase a la siguiente ronda.
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